Introducción a las Runas 2

Había runas para influir sobre el clima, ayudar a las cosechas y curar a los enfermos. Las runas se tallaban en muchos artículos. Armas, cuernos para beber, lanzas, proas de barcos y las maderas de las casas… cada uno tenía su propia combinación de runas para la suerte y la protección.
Las runas eran una parte importante de las vidas de esas gentes, y obtenían un cierto consuelo en ver sus poderosos símbolos incluso en los objetos más feos.
De hecho, lo que llamamos el estilo Tudor o entramado de construcción ha evolucionado de la arquitectura Fachwerk (entramado) germánica. La colocación de las maderas en ángulos en la escayola en un principio se llevó a cabo de ese modo para formar la silueta de una runa. Se creía entonces que esa forma impartía su poder y significado mágico al mismo edificio, que a su vez lo transmitía a la gente que vivía en su interior. Aunque los arquitectos modernos no se ocupan de las cualidades mágicas de sus estructuras, aún es posible discernir algunas runas en la disposición de las maderas de los hogares modernos. Si pasáis delante de una de esas casas, resulta divertido hacerlo, y también es un buen ejercicio para familiarizaros con los símbolos rúnicos.
Descubriréis que, si observáis y sois conscientes de ello, podéis hallar runas por doquier… en las ramas de los árboles, en grietas en las aceras, incluso en las figuras talladas en los bancos del parque. Cuanto más permitáis que las runas sean parte de vuestra vida cotidiana, más cómodos os sentiréis con ellas y más os hablarán de su significado interior.
Fue esta familiaridad lo que permitió que los pueblos que las empleaban aprovecharan su poder de forma tan eficaz. Como los dioses del norte, las runas impregnaron la cultura de los nórdicos y fueron una fuerza importante en su vida.
Por desgracia, en la actualidad no tenemos magos en los pueblos, y debemos depender de los libros. Incluso aquellos pocos de vosotros afortunados que algún día podáis recibir instrucciones personalizadas de un mago rúnico, debéis comprender que incluso el conocimiento de un maestro procede directa o indirectamente de los libros. Algunos de estos, por supuesto, son mejores que otros. Lo que eleva a esos espléndidos libros por encima de los demás es la calidad de la percepción personal que los autores fueron capaces de aportar a la obra.

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