Así conquista la sagitariana

Simple, ingenua, espontánea, dice claramente lo que quiere y no se equivoca nunca a propósito de sus sentimientos. Cuando encuentra a alguien que le gusta, se aplica a cazarlo como centauresa cazadora. A veces se le verá un tanto solemne; será indicio de que no se siente en pleno dominio del ambiente o las circunstancias y está a la espera de estudiarlo, entenderlo y clasificarlo todo, incluyendo a la persona que le atrae. Pero una vez que todo ha sido aprobado y que ha calmado su natural desconfianza, se le verá tal como es: generosa, libre y espontánea para vivir el amor.
Es curioso como las mujeres Sagitario dan la impresión de ser demasiado reservadas o «aseñoradas» mientras no se ha intimado con ellas y, después, súbitamente, aparecen como liberales o revolucionarias, o simplemente liberadas de todo prejuicio. Así, piden razón a la razón y desechan sin más lo que no se identifica con la alegría de vivir, con el derecho de los demás o con el margen de respeto que siempre guardan para sí. Y no debe olvidarse que su dignidad es de las más sólidas y ejemplares, siendo capaces de borrar en un segundo la estimación que profesaban a quien finalmente les demuestra que estaban dispuestos a concederle todo, menos respeto.
Romántica y poética en grado medio, sabe dar a los atardeceres un enfoque tal que los transforma en inspiradoras fiestas melancólicas. Por supuesto, se trata de algo difícil de imaginar, pero es exactamente la forma de actuar de las centauresas, dotadas por Júpiter para transmitir y enseñar, lo cual harán en otras múltiples circunstancias, hasta que su compañero se dé cuenta de que se ha hecho cargo del orden de la vida que hacen en común y que en los espacios entre una y otra obligación ha sembrado una inspiradora fuente de buen humor, de ánimo y emoción. En otras palabras, tampoco la centauresa admite riendas; por el contrario, las toma y las maneja de manera tan hábil que la vida a su lado transcurre como sobre raíles: siempre adelante, de manera segura y siempre con novedades y toda clase de seguros y antídotos contra la rutina y el aburrimiento.
Pero nadie debe ponerle obstáculos en su carrera, ni adelantarse, pues ha sido dotada de una buena cantidad de saetas que no dudará en disparar para derribar a los importunos o eliminarlos de su camino. Y téngase por seguro que animada de buena voluntad, segura de sí misma, convencida de tener la razón, organizará con su buen sentido y su solidez una forma de vivir realmente inspiradora.
Una vez se ha ganado su confianza y su afecto, siempre se la encontrará deseosa de compartir una vida serena pero activa, muy dentro de su hogar, pero invariablemente orientada al aire libre; austera para cumplirse la ambición de tener todas las comodidades que puede ofrecer la vida, pero siempre con una o dos ideas para poder hacer algunos viajes, participar en juegos y practicar uno o dos deportes en especial. En síntesis, la sagitariana seduce con su extraversión, con sus largas y chispeantes conversaciones, que llenarán todo el espacio existente entre ella y la persona amada, construyendo entre ambos el tipo de relación más semejante a una fiesta interminable, gracias al instinto jupiteriano que le hace saber vivir.
Y sin duda existen sagitarianas evanescentes y silenciosas. De apariencia tan frágil que parecen haber sido creadas para vivir entre algodones y ser adoradas sólo con la mirada. No obstante, en cualquier caso no debe dudarse de que en el interior de esa fina porcelana existe más de un caballo de fuerza. Y es que, como todo signo doble, se manifiesta por lo menos en dos tipologías: la jupiteriana y la uraniana que, además, reciben otras influencias, como la del ascendente. No obstante, si nació bajo Sagitario no hay duda de que conquistarán con su alegría, con su ingenio y con el halo de saber siempre a dónde van y con quién desean recorrer su camino.