En el terreno desigual de Sagitario

El ámbito natural de Sagitario es el de los bosques, los valles y las colinas con abundancia de árboles y cuevas, peñas y cañadas; precisamente los parajes donde viven el ciervo y el jabalí, que se le relacionan tan íntimamente en el espíritu astral, así como el cerdo, manifestación doméstica del jabalí, que en la sagitariana España cobraría la máxima importancia.

Evidentemente, a este signo le correspondía un animal de pezuña, como indicaban las más antiguas orientaciones, aunque no ubicaban con claridad a la novena casa en el mundo, sino exclusivamente en la inmensidad cósmica con la función de distribuidora interplanetaria del máximo don.

No obstante, como toda casa zodiacal, tenía además de su realidad universal, una expresión terrestre y microcósmica que se correspondía con la absoluta, en acatamiento del principio hermético de que cuanto se halla arriba se halla abajo. Y los sabios primitivos habían señalado que las pezuñas le habían sido dadas para galopar sobre caminos de rocas flamígeras, con las que sin duda estaba relacionada su misión esencial.

De este modo se recurrió a las tradiciones que insistían en la verdadera existencia de hombres que de cintura para abajo tenían cuerpo de caballo. Pero se les siguió llamando centauros (así pasaría al griego centein, cazador, y tauro, toro), porque no se conseguía renunciar a muchas de las afinidades que los sacerdotes-magos seguían encontrando con la gran fiera astada, a la que creían que acabarían por recurrir nuevamente; tal era la unión de las naturalezas antagónicas de monstruo y fiera.

Signo Sagitario