Influencia orgánica del signo

Sagitario se concentra en el área de los muslos y las caderas, el sacro, el cóccix, los músculos aferentes y el hueso ilíaco.
Asimismo, abarca las vías respiratorias y el sistema nervioso en asociación con Géminis, aunque con menor énfasis, sobre todo en el orden nervioso.
En asociación con Libra impone su influjo sobre los sistemas vasomotor y arterial.
Patológicamente, una mala aspectación podrá dar lugar con mayor probabilidad a: desórdenes hepáticos; ataques de reumatismo; ciática; enfermedades pulmonares, como la tuberculosis; enfermedades nerviosas; trastornos del sistema vasomotor y arterial.

El mayor de los órganos depende del mayor de los planetas

Uno de los órganos del Sagitario que parecen más susceptibles es el hígado, regido por Júpiter, así como también la sangre y, por supuesto, la calidad de su circulación, que en los muslos —punto anatómico sagitariano por excelencia— toma singular importancia, significando aquí la arteria femoral un punto designado en lo esotérico como clave dentro de la también esotérica relación del centauro en sus juegos terribles contra el toro. En cuanto al hígado, independientemente de que también constituía un área de particular peligro ante el ataque frontal del toro mal burlado, hay que destacar que dentro de la vida ordinaria actual fácilmente puede fallar cuando el centauro lo obliga a soportar excesos en la comida y en la bebida, así como las tensiones que su lucha por descollar en los negocios o en su medio profesional le impone, en la medida en que deje de tomarlo como parte del juego de la vida. Debe recordarse que Sagitario es el signo del juego y que le corresponde pagar un alto precio cada vez que se deja dominar por la debilidad de tomar algo demasiado en serio. El Sagitario depende mucho de su hígado, será fácil comprender que abunden entre los sagitarianos las afecciones hepáticas.

Mala circulación y varices

Del mal funcionamiento del hígado se desprenden, como ramas retorcidas, muchos otros problemas de salud, particularmente los que van a las piernas para frenarlo, como son las deficiencias en la circulación sanguínea y las varices. Añádase el problema de la obesidad que con tanta facilidad ataca a los nativos de Sagitario en la fase madura de su existencia, por influjo de Júpiter, aunque tampoco escasean los tocados en lo físico por Urano, que mantienen su esbeltez casi de por vida, a excepción de cierto abultamiento ventral que les viene con el patriarcado y al que algunos denominan «curva de la felicidad».
Siguiendo con su hígado y para sintetizar, considérese el hecho de que es muy propenso a las obstrucciones, lo cual determina muy diversas enfermedades, algunas de carácter crónico.
Ya hemos dicho que el otro punto débil/fuerte de Sagitario son los muslos, área en que hoy están expuestos los centauros no sólo a sufrir lesiones, como resultado de sus actividades deportivas o de cualquier índole, sino a pagar tributo en esa área por exceso de actividad o falta de ella, en forma de calambres, reumatismo y desórdenes musculares diversos. Y para entender mejor la naturaleza de un área débil/fuerte, piénsese en las poderosas manos de un gran virtuoso del piano que, por cuanto significan para él y por su elevado grado de especialización, corren un grave peligro en actividades que para el resto de la gente no ofrecen mayor riesgo.
Recomendaciones en lo mínimo y en lo máximo
En cuanto al hígado, debe recomendársele al nativo de Sagitario que, de manera muy particular, procure mantener el equilibrio en la mesa, siguiendo tan fielmente como le sea posible las siguientes recomendaciones:
— mínimo consumo de irritantes o estimulantes, como el tabaco, el café, el licor y la sobrecarga de especias;
— mínimo consumo de carnes rojas y particularmente de visceras, como ya subrayamos en otros puntos de esta obra;
— máximo consumo de vegetales y cereales.
También influye Júpiter sobre el funcionamiento de los pulmones, la sangre, las arterias, el páncreas, las costillas, los cartílagos, el tejido graso, los procesos metabólicos y los trastornos derivados de excesos en la alimentación o en sus residuos, así como las hiperfunciones y las hipertrofias de todo tipo.