La influencia de Mercurio sobre Sagitario

Este es el planeta más rápido de nuestro sistema, pues tarda en dar una vuelta alrededor del Sol 88 días, casi 89, por lo que el dios arquetípico está dotado de alas en los pies y representa la juventud en los márgenes de la adolescencia, entre los 14 y los 21 años. Mantiene una distancia del Sol de 58 millones de kilómetros.
Hermes y sus dominios abarcan dos signos, el de Géminis y el de Virgo; en este último se encuentra en exaltación. La naturaleza de este planeta es esencialmente adaptable, hasta el punto de que se le ha tildado de hermafrodita, pues se adapta indistintamente a las características del planeta con el que se sitúe en conjunción. Simboliza la inteligencia ágil, los chispazos de inspiración, las captaciones súbitas de información, las deducciones relampagueantes.
Propicia el comercio, protege la Bolsa, alienta las creaciones intelectuales, aunque cuando su humor es caprichoso prohija el ingenio defraudador, apadrina el robo y escuda el abuso de confianza. Su condición es de volubilidad, de imprevisibilidad, de superficialidad.

Mercurio positivamente aspectado

Por ser también rector del intelecto, muestra alas en la cabeza. Asimismo es el gran propiciador de los negocios y del comercio, lo cual explica que las naciones y las ciudades que protege se vean favorecidas por el progreso de su comercio y de su economía en general. Es inductor del espíritu práctico y de los recursos y las ideas brillantes. Preside la suerte individual en lo económico y en lo intelectual. Induce a la aventura en lo físico, en lo mental, en lo financiero, e incluso en lo espiritual.

Dios de la juventud real y artificial

No debemos pasar por alto una de sus características más inspiradoras: propiciar la juventud, por lo que sus protegidos, particularmente los de la casa ni del Zodíaco, mantienen los signos distintivos de la juventud mucho más que el del resto de los signos.
Sin embargo, se le reprocha que no haga lo propio con la sexualidad y que la juventud que ofrece sea únicamente aparente. Y es que, en efecto, Mercurio no es dios de sensualidad ni de pasiones aunque, ciertamente, se valga del sexo para aportar colorido a la existencia. Pero considera que es sólo un color más entre todos, por lo que induce a los amantes a buscar por encima del amor el incentivo de la novedad. Según el espíritu mercuriano «vale más un rostro poco agraciado, pero recién conocido, que otro hermoso, pero al que se está habituado. Y también es más excitante un cuerpo desconocido y sin atractivos, que otro muy bello, pero repetidamente acariciado. En síntesis, produce infinitamente más emoción la posibilidad de una nueva conquista que el cotidiano refrendo de los sinceros juramentos de amor».

Mercurio negativo

Además de incubador de las mentalidades inconstantes, de los temperamentos inestables y tormentosos, es asimismo protector de ladrones y timadores, patrón de los mentirosos y motor de los curiosos irredentos. También es rector de los escritores imaginativos y de los críticos corrosivos, así como de los hombres y de las mujeres que necesitan ser infieles para mantener activa su sexualidad.
Igualmente lo es de los asexuados y de las indiferentes (no de las frígidas ni de los impotentes, ya que estas se consideran condiciones patológicas) y de quienes pretenden aferrarse a la juventud por medio de realizaciones eróticas, por lo que, siendo su naturaleza la de la eterna juventud, causa grandes problemas a hombres y mujeres que se sienten impulsados a hacer cualquier cosa por sentir que las alas de su cuerpo y de su mente no han perdido aún las plumas.

Aportaciones de Mercurio a Sagitario

Buenas capacidades intelectuales, con más tendencia a la síntesis que al análisis. Capacidad para tener y expresar sus propias ideas. Interés en lo distante, en viajes y exploraciones a todo nivel, aunque con poca perseverancia.

Despojos de Mercurio en Sagitario

Persisten las buenas capacidades, pero tienden a observar muy poco los detalles; lagunas informativas, falta de atención, expresión demasiado franca de sus ideas, siempre sujetas a contradicciones. Dispersión. A menudo, problemas de tipo psicológico.