Relación entre Sagitario y Aries

Puede considerarse como una buena relación. La persona perteneciente a Aries que se aproxime a usted, sagitariano, lo encontrará chispeante, conocedor, imaginativo e interesante. Y usted, a su vez, encontrará que la persona ariana en cuestión le parece llena de voluntad, capacidad de acción, vitalidad y de ambiciones constructivas. Ninguno se equivoca en la apreciación, puesto que son signos de fuego y saben reconocer este elemento a la primera mirada. Y de hecho, quien pertenece a Aries es siempre persona activa; tanto que no conseguirá encontrarse a gusto si no se halla haciendo o planificando algo. Parece que carecieran de la paciencia necesaria para concebir una idea y esperar a verla realizada.

En este último aspecto, les encanta la capacidad sagitariana para meditar los pros y los contras de un proyecto y luego poner a prueba las posibilidades y efectuar todos los ensayos posibles antes de materializar la idea definitivamente. Admiran toda esa capacidad racional que permite a los hijos de Júpiter gobernar lo mismo una gran familia que una empresa comercial de envergadura, ya sean hombres o mujeres. El sagitariano admira el desbordamiento energético de los arianos. Le fascina su asombrosa agilidad para pasar de la idea a la acción.

Todo lo quieren cuanto antes, en el momento, exactamente con esa forma de desear que tienen los niños. Y de nuevo hay que reconocer que no les falta razón, pues la persona Sagitario suele creer que necesita algo de ese empuje, particularmente cuando se evidencia que actuando como lo hace, casi sin detenerse a sopesar los factores, las cosas le salen como las planea.

También admira el sagitariano la bien centrada personalidad de Aries, que no parece necesitar de nadie y que, si llegara a hacerlo, simplemente induciría a actuar según le conviene a él (o ella). Sin embargo, el sagitariano se sentirá desconcertado cuando le vea hacer después las cosas tan impulsivamente como si no se le hubiese hecho ninguna advertencia ni llamamiento al método y a la prudencia. Por su parte, el ariano se sentirá un tanto incómodo al comprobar su incapacidad para discutir en igualdad de condiciones con el sagitariano.

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