Relación entre Sagitario y Cáncer

Combinación bastante impropia. Tanto como la del centauro con el toro. Y es que de nuevo se presenta la oposición esencial del signo del hogar, de los padres, de las tradiciones y del pueblo natal, que es Cáncer, en oposición con el signo de los viajes y la mutabilidad que es Sagitario. Sin embargo, también hay que decir que Cáncer posee bastante más capacidad de adaptación que Tauro, por lo que habrá que conceder algo más de probabilidades a esta combinación, aunque añadiendo un pequeño problema que no existía con Tauro: la inseguridad en la pareja, que hace temer al signo de Cáncer que cualquier otra persona puede llegar a deshacer los vínculos que ha creado, lo cual se agrava por la también canceriana tendencia a encerrarse en sí mismos, que se aprecia en la forma de una cierta timidez insuperable.

El signo de Cáncer es esencialmente emocional, lo cual se opone a un signo que es ante todo práctico y que rechaza toda posibilidad de mezclar sentimientos con ideas. Pero es imposible convencerles de que se equivocan, pues a lo que Sagitario denomina sensiblería, los cancerianos lo llaman amor, romanticismo, sensibilidad y otros términos por el estilo. Sagitario debe tener presente que los cancerianos tienden a absorber la energía de quienes se relacionan con ellos. Tienden a ser personas sumamente dependientes en los sentimental y se amargan con facilidad cuando les falta el apoyo de alguien. Esto significa que el vagabundo Sagitario deberá estar siempre vigilante y olvidarse un poco de perseguir el horizonte si en el hogar tiene un compañero de Cáncer. Y no es que los cancerianos necesiten un cuidado excesivo. Quizá sea todo lo contrario, pues lo suyo es cuidar a los demás. Pero en la realización de estas funciones, el sagitariano puede encontrarlos demasiado absorbentes, dominantes incluso, y creerá asfixiarse bajo innumerables e incesantes atenciones.

El canceriano es antes que nada protector. El suyo es el signo de la hospitalidad, ya que para proteger a su familia y a sus amigos, lo primero que hace es meterlos en su casa. Esto es algo que complacerá al patriarcal Sagitario, pero dejará de gustarle cuando él mismo se vea constantemente asediado y obligado a engordar entre almohadones. Otra característica canceriana que desespera a Sagitario es la dificultad que tiene para encenderse en entusiasmo ante una buena idea que invita a la acción.

Sagitario y Cáncer como amigos

Sin lugar a dudas se considerará un tanto extraña su amistad debido a la disparidad de sus caracteres e impulsos. Sin embargo, será Cáncer quien se adapte y Sagitario el que comparta, por lo menos los bienes de su naturaleza extrovertida, que tan apreciados son en el nivel de la amistad. Es probable que el canceriano acabe de apoyarse un poco en la fortaleza de carácter del centauro, pero esto no sólo no disgusta al arquero, sino que incluso considera que como amigo tiene el deber de brindar por lo menos un par de buenos consejos al amigo lunático o fantasioso que no desearía más que en la vida todo se distribuyera por merecimientos y no por facultades para la lucha despiadada.

Sagitario y Cáncer como amantes

En el apartado del amor sin vínculos las cosas no parecen favorecer tampoco a estos dos signos. El primer gran obstáculo radica en que los cancerianos gustan, quizá demasiado, de los conceptos románticos trascendentales y tienden a la sobrecarga emocional, en oposición al espíritu esencialmente práctico del sagitariano, que no acaba de entender la razón de que dos personas que se unen y comparten su intimidad por necesidades físicas y anímicas deban exigirse juramentos, suspiros, portazos, lágrimas, recuerdos, sobresaltos, etc.
En síntesis, Sagitario no gusta demasiado de alejarse dejando tras de sí miseria y desamparo. Y esto es exactamente lo que le hará sentir Cáncer en el mejor de los casos, pues todavía podría ser peor si el ascendente de la parte canceriana se encuentra en Marte. De cualquier manera, Sagitario podrá verse también muy desconcertado por el ánimo canceriano que varía según las fases lunares, lo cual, pese a que también él pertenece a un signo mutable, no le merecerá la menor confianza.

Sagitario y Cáncer como socios

Esta sociedad funcionará únicamente si Sagitario se hace cargo de las ventas y Cáncer de la administración. Sin embargo, habrá problemas cuando uno y otro traten de indicarse cómo deben hacer su trabajo. Cáncer suele ser muy orgulloso y no demasiado práctico, lo que hace que la sociedad pudiera resentirse como consecuencia de una desmedida franqueza sagitariana.

Sagitario y Cáncer como matrimonio

Debe señalarse esta unión como una promesa de que siempre que se encuentre el sagitariano en tono bajo se verá asistido, reconfortado e incluso mimado, a cambio de que cuando esté en tono alto no pretenda que se comparta del todo su naturaleza de fuego. Deberá entender el Sagitario que su misión en este matrimonio es esencialmente la de inyectar optimismo, empuje y deseo de vivir plenamente. Cáncer es una personalidad hecha para el hogar y la familia, por lo que no resulta una gran promesa como compañía de viaje, ni un gran apoyo en las épocas de dificultad económica, ya que se dejan dominar por el terror a la pobreza y son incapaces de aportar ideas o ánimos positivos. De hecho, se trata de dos personalidades sumamente especializadas dentro del concepto matrimonial; uno encarna lo más interior y el otro lo más exterior; uno es la máxima pasividad y el otro la máxima actividad. Semejante polaridad no tiende a facilitar el camino, pero tampoco lo corta.

Volver a Sagitario