Relación entre Sagitario y Virgo

El sentido de lo práctico, la pasión por encontrar los resortes que mueven las diversas partes de la vida y el gusto por las cosas cabalmente realizadas, basta para augurar una positiva relación entre estos dos signos. No obstante, hay que destacar el principal escollo que encontrarán: la imaginación y la capacidad para aplicarla con ventaja a las tareas. Y es que, mientras a Sagitario no le falta en lo absoluto este don, Virgo lo menosprecia. Al carecer en buena medida de él, le parece que lo adecuado es afrontar toda actividad desde un punto de vista directo, práctico, inmediato, ordenado.

Por tanto, rechaza las hipótesis y exige ya desde la etapa del proyecto que haya pruebas tangibles del éxito que ha de perseguirse.

Así pues, Sagitario y Virgo se unen en el momento en que uno y otro han encontrado la respuesta que buscaban. El siguiente paso lo dará el centauro, por ejemplo al encargarle al Virgo la fabricación de cierto número de mecanismos que él podrá ocuparse de vender. Ambos deben comprender la importancia de no invadir el territorio del otro. Sagitario debe habituarse asimismo a ignorar las constantes críticas del Virgo por su falta de realismo y su inclinación a fantasear. Está en la naturaleza de Virgo el arremeter contra todo criterio distinto al suyo.

En síntesis, ambos son mentalmente distintos, pero complementarios y, con un poco de paciencia por ambas partes, pueden combinarse para dar lugar a muy diversos tipos de relación y hacerlas fructificar de la manera más positiva. Pero no será fácil.

Sagitario y Virgo como amigos

Esta relación ya ha quedado explicada en su mayor parte, excepto en lo referente al ámbito de las diversiones, donde Virgo se dejará conducir por el siempre inspirado criterio de Sagitario.
Hay que considerar también que los Virgo carecen del don de gentes de los centauros, por lo que se esmerarán por ser espléndidos amigos con quien les abre las puertas a todas las posibilidades sociales. Pero, independientemente de que puedan utilizarse mutuamente, subsiste la diferencia entre el criterio global de uno y el detallista del otro, lo que les impedirá llegar a compartir emociones, proyectos y logros, ya que mantienen distintos conceptos sobre lo que han de ser las emociones, los proyectos y los logros, así como la vida misma.

Sagitario y Virgo como amantes

Ninguno de los dos es propenso a las ataduras sentimentales. Más aún, los Sagitario son un tanto materialistas y los Virgo lo son tres tantos, por decirlo en términos cuantitativos. Lo cierto es que los segundos necesitan más que sentirse suspirar para decidirse a comprometerse. Sin embargo, por lo que respecta a las relaciones pasajeras e informales, los de Virgo tampoco se precipitan. Avanzan con tiento, cuidándose en muchos sentidos, empezando por el de la discreción y siguiendo por el de las difíciles preferencias, ya que tienen el problema de encontrar defectos a todo el mundo, con lo que fácilmente se desencantan o, por lo menos, no consideran que deban conceder demasiada atención o sentimiento a una relación que no consigue elevarse demasiado sobre el simple interés carnal. En otras palabras, si Sagitario llega a disfrutar una relación informal con Virgo, deberá considerar doblemente que tiene carácter perecedero.

Sagitario y Virgo como socios

Indudablemente, esta sociedad requiere de un tercer socio con funciones de arbitro y de canal de comunicación, a fin de traducir a uno y a otro lo que tienen de bueno para el negocio. De otra modo acabarán perdiéndose lamentablemente las posibilidades del expansivo centauro y del meticuloso Virgo.

Sagitario y Leo como matrimonio

En el hogar gobernado por la unión Sagitario-Virgo existirá un criterio emitido globalmente por el primero y aplicado celularmente por el segundo. La carencia de imaginación de Virgo se verá contrarrestada por el savoir vivre del centauro, en tanto que este podrá confiar absolutamente todos los cuidados del hogar, o de su aprovisionamiento, al cónyuge de Virgo. En otras palabras, podrá contarse con la buena marcha de la familia mientras cada uno se ocupe de su responsabilidad y se abstenga de intervenir en la del otro. Esto puede parecer un arreglo un tanto almidonado o artificial y podría decirse que es una forma de matrimonio que para sobrevivir incluye en su composición un poco del veneno del divorcio, pero la fórmula es exactamente la que corresponde a esta unión.

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