Arcano 14 La Templanza

Turmalina verde-rosa y cuncita

La armonía de los opuestos

Plano: astral o emocional (el tercer desdoblamiento del Arcano Raíz La Sacerdotisa, que significa: comunión entre los seres).

Elemento: agua/fuego (el poder del amor). Función: sentimiento (de unión con uno mismo, con las personas y con la vida).

Palabra: armonía (por existir un solo corazón).

Imagen: la armonía, el equilibrio, el aderezo, el sentimiento, la compasión, la relación, el intercambio emocional, la flexibilidad, el medio término, el comedimiento. El ángel de la guarda, los guías espirituales. La alquimia, el impulso vital, el santo grial, Iris.

Significado: la templanza es el símbolo de la unión equilibrada y armoniosa entre los seres. Solo el amor es la quintaesencia que consigue unir los opuestos, adereza los sentimientos para que su paladar sea agradable para ambas partes, ya que el sentimiento de compasión hace que todos se vuelvan un solo corazón. La templanza está presente en todos los niveles de las relaciones y seres donde exista un alma: en la relación con nuestro ángel de la guarda y nuestros guías astrales (mediumnidad); en la relación con todas las personas, desde las más amadas hasta las más odiadas; en la relación con los animales, vegetales y minerales; en fin, en la relación con nuestra propia alma y sentimientos. Y en todas esas relaciones, la tónica es siempre permitir que el otro participe de nuestra vida en el mismo nivel de igualdad.

Mensaje: en esta carta, también conocida como la «Alquimia», vemos un ángel echando agua a dos jarros, uno rojo y otro azul. Estos dos opuestos, estas dos realidades irremediablemente separadas, tienen, como punto en común, el líquido blanco que se echa en ellos, su quinta esencia, el impulso vital común entre ambos que se amolda perfectamente a la realidad de cada uno. Es nuestra alma angelical, presente en todos los corazones, para unirlos en uno solo. Así vemos que la armonía es el secreto del bien vivir, es el aderezo que pone la vida mucho, pero mucho más sabrosa.

Consejo: abra su corazón. Relaciónese con los demás. Intercambie sus sentimientos con quien ama e incluso con quien no ama. Siempre existe un punto en común que se puede aprovechar y ser provechoso para ambos. Permita que su ángel de la guarda y sus guías puedan ayudarle, realizando tareas que sería imposible que usted concretara.

Cautela: cuidado con la dependencia emocional. No podemos depender de nadie para ser felices. Aun así, el sentimiento para existir necesita de dos partes, inevitablemente, y muchas veces, el miedo de que falte una de ellas, nos deja emocionalmente prisioneros, dependientes de ella para poder sentirnos felices y completos. Con ello sofocamos nuestros objetivos y metas personales, nuestra libertad, nuestra individualidad, en nombre de una pretendida estabilidad emocional, donde nada puede romper la rigidez de esa «eterna» armonía. Es como si aquel líquido fluido se hubiese transformado en un chicle y el pobre ángel, a toda costa, intentase despegarlo.

Chakra: la Templanza rige el cuarto chakra, como el incondicional intercambio de amor entre los seres, en todos los niveles de los demás chakras.

Cristales: turmalina verde-rosa: intercambio emocional, equilibrio y armonía entre los opuestos. La expresión fluida de los sentimientos.

Cunzita: la expresión tranquila y equilibrada de los sentimientos. La armonía entre mente y corazón fluyendo juntos.

La Templanza y La Justicia son los dos extremos, opuestos y complementarios de una misma expresión y finalidad: la búsqueda del equilibrio. Ambas intentan equilibrar, cada una a su modo, todo lo que pasa por delante: la justicia con la razón y la templanza con el corazón. Una es fría y estática, la otra, caliente y dinámica. Ciertamente, el verdadero equilibrio viene de la interacción de las dos. La justicia sin la templanza enfría y seca los sentimientos con su independencia racional. La templanza, sin justicia, naufraga y ahoga la individualidad en su dependencia emocional. Una vez más, los excesos no satisfacen el paladar: lo demasiado dulce, empacha y lo muy salado, repugna.