Como herramienta manual de cura

Hemos visto cómo podemos operar manualmente un cristal generador durante una terapia. Ahora vamos a desarrollar un poco más el tema.

En principio queremos resaltar la importancia de la sensibilidad de las manos en el proceso terapéutico. Antes de cada trabajo, limpio bien mis manos y las energizo frotándolas, haciendo con ellas movimientos vibratorios en el aire o tomando una bola de cristal. Son ellas, junto al cristal generador, las que van a detectar, retirar y donar energías a la persona.

La sensibilidad de las manos es una cuestión de práctica y fluidez. Fluidez como libre expresión de la intuición y canalización de energías auxiliares de guías y demás entidades que se manifiesten durante la terapia a través de movimientos inusitados de las manos.

A continuación, mostraremos una forma simple de trabajar los chakras, usando solo el cristal generador en la mano:

Siéntese cómodamente, con las piernas cruzadas sobre un cojín o una silla cualquiera. Lo importante es que la columna quede lo más derecha posible sin pasar los límites de la comodidad. Con un cristal generador entre las manos, apoyadas sobre las piernas, intente centrarse, sentirse dentro del propio cuerpo, sentir la energía corriendo sobre la piel, sentir los latidos del corazón y afinar el ritmo de la respiración. Esa respiración debe ser lenta, pausada, armónica, dentro de sus cuatro movimientos cíclicos, como las estaciones de la naturaleza: inspiración (la primavera), retención o plenitud (el verano), espiración (el otoño) y ausencia o vacío (el invierno). Intente visualizar las estaciones mientras respira. La respiración es la propia vida, esto es fácil de comprobar, basta con tapar la nariz. Armonizando la respiración, armonizaremos también la vida.

Ahora, debidamente centrado y armonizado, levante el cristal generador con ambas manos, con la punta hacia arriba, a la altura del ombligo, del pecho y de la frente sucesivamente. A continuación, tomándolo con la mano derecha, llévelo a una distancia de diez centímetros, aproximadamente, del cuerpo, hacia el primer chakra situado sobre el pubis. Visualice el color rojo y empiece a girarlo, en el sentido horario, alrededor de ese punto. Comience con giros rápidos y pequeños hasta hacerlos lentos y anchos y después vuelva. Suba un poco y apunte el cristal hacia el segundo chakra, entre el pubis y el ombligo, y repita toda la operación visualizando el color naranja. Y así sucesivamente, en el tercer chakra, a la altura del plexo; visualizando la luz amarilla; en el cuarto, a la altura del pecho, la luz verde y rosa; en el quinto, a la altura de la garganta, la luz azul; en el sexto, a la altura de la frente, la luz violeta; terminando en el séptimo chakra, en la cima de la cabeza, la pura luz blanca y dorada.

Para terminar, vuelva a tomar el cristal con ambas manos, ahora apuntado hacia abajo, sobre la frente, el pecho y el ombligo, sucesivamente. Y con él todavía entre las manos, apoyadas en las piernas, vuelva a sentir el ritmo de la respiración, los latidos del corazón, la energía corriendo por su piel, dentro de su cuerpo nuevamente, y así el ejercicio está terminado.

Podemos usar manualmente el cristal generador para trabajar sobre cualquier área afectada. Una enfermedad, una contusión, Una herida, un dolor, crean en determinadas situaciones un campo de tensión o deterioro áurico en tomo del área afectada, formando un cordón de aislamiento en la circulación y acción de las energías curativas. Trabajando con el generador sobre esas áreas, la mayoría de las veces disolvemos esas tensiones y reconstituimos el tejido áurico, facilitando un breve restablecimiento físico.

En el caso de problemas circulatorios, pasamos el generador alrededor de todo el cuerpo como si estuviésemos recorriendo el aura. Ese movimiento debe seguir el flujo energético del cuerpo para liberar e integrar las áreas bloqueadas.

¿Cómo trabajar manualmente un cristal generador? Generalmente, trabajamos a una distancia de dos a diez centímetros del cuerpo. En algunos casos llegamos a tocar el cuerpo por unos instantes. Podemos girar el cristal, en el sentido horario, sobre los chakras, los órganos, las articulaciones y demás áreas afectadas. Podemos pasarlo como si fuese un pincel coloreando todo el aura, o como si fuese una cuchilla cortando las amarras, o también una pinza, tirando y echando fuera los escombros áuricos. En fin, existen muchas formas creativas de manipular un cristal. Aun así, lo más interesante y eficaz es cuando dejamos que la intuición nos guíe. Suceden cosas inusitadas, de extrema magia.

Existe también la posibilidad de canalización, por ejemplo, de alguna entidad sanadora del astral, que actuará a través de nuestras manos para realizar el trabajo. En esos casos, basta con relajamos, aflojamos, que ella actuará «por cuenta propia».