Cómo tratar los cristales: Conservación

El cristal ya está limpio y energizado. Y ahora, ¿cómo conservarlo así?

La conservación de los cristales varía de acuerdo con sus funciones. Podemos sintetizarlas en cuatro niveles:

• Cristales para ambientes

El mantenimiento de los cristales en los ambientes, ya sean familiares como profesionales, debe ser, por lo menos, semanal. Están expuestos en esos lugares para proteger, armonizar o estimular a las personas que allí están o circulan, yeso gasta mucha energía del cristal, sobre todo en ambientes por donde pasan muchas personas. Por ese motivo se deben lavar y energizar semanalmente, o como mucho, mensualmente.

En el caso de conflictos o problemas graves que se den en el ambiente, los cristales se deben limpiar y reenergizar enseguida o constantemente si la situación perdurará.

En el caso de cristales de gran tamaño, deben lavarse con un paño mojado, embebido en agua, y a continuación energizarlos con la fuerza de la intención, ya que inciensos y velas pueden sonar un tanto extraño en ambientes públicos.

• Cristales para uso personal

Los cristales de uso personal no deben ser tocados por nadie, solo por usted o por quien usted quiera para compartir sus energías como en un pacto de amor o de ideales. En ese caso, el cristal deberá estar lejos de curiosos, incluso dentro de un cajón o envoltorio (una caja, una bolsita), siendo sacado solo para trabajar con usted. Merece la pena resaltar que los cristales de uso personal deben ser usados como su nombre indica. Los cristales guardados durante mucho tiempo pierden sus energías, siendo necesaria la realimentación antes de ser usados.

Los cristales de uso personal se deben limpiar y energizar de acuerdo con las circunstancias en las que estamos. Están a nuestro lado, y aquello que nos acontece, también les acontecerá. En el caso de una existencia pacífica, se recomienda un mantenimiento mensual. Cuando esos cristales están constantemente a nuestro lado, como sucede en el caso de anillos, pulseras, pendientes o collares, es recomendable que nos bañemos con ellos, pues de este modo estamos haciendo una higiene simultánea.

Es una triste tendencia de las personas «poner el dedazo» en ese cristal «tan bonito» que usted lleva en el cuello. Es aconsejable, en esos casos, lavar el cristal nada más llegar a casa, así como también es aconsejable no salir por ahí mostrando sus joyas a todo el mundo. Las joyas son objetos personales de poder, que deben compartir solo la energía de su propietario.

• Cristales para terapia

Los cristales de uso terapéutico deben estar en un espacio reservado para tal fin. Ese espacio debe estar aireado, iluminado y, si es posible, con entrada de luz solar. Muchas personas tienen la costumbre de colocarlos en una mesa de madera, forrada con un tejido de seda o de algodón, o, con un tejido de paja, donde los dejan dispuestos bajo la forma de un mandala para crear un campo energético colectivo. No utilizar materiales sintéticos, pues estos obstruyen la circulación de la energía.

Después de la terapia, todos los cristales utilizados se deben lavar minuciosamente y repuestos en el mandala.

La limpieza y la energización general puede ser mensual o semestral, de acuerdo con la frecuencia de uso, salvo que los cristales queden extremadamente cargados durante la terapia, que en ese caso deberán meterse durante algunas horas en agua con sal y, después de lavados y energizados, colocarlos de nuevo en el mandala.

• Cristales en Sí

Son aquellos cuya única misión con su usuario es embellecerle y colorearle la vida. Se usan, de una forma intuitiva y sin pretensiones, en ambientes o en el propio cuerpo. Están al alcance de todos. Su mantenimiento es a través del cariño que se tiene por ellos. (Pero una agüita de vez en cuando no hace ningún daño).

La inocencia todavía es el mayor arma y defensa de la humanidad. Anula los efectos que, en otras circunstancias, serían desastrosos; permite la libertad de usar y experimentar aquello que se desea. Es como un niño que no se le puede juzgar ni condenar por sus actos. Sin embargo, la inocencia cesa en el momento en que se adquiere consciencia. Cuando tomamos consciencia del uso y el poder de los cristales, sus efectos, tanto positivos como negativos, se proyectaran automáticamente en nuestras vidas.