Cuarto chakra: el don del amor

El don del amor

Nombre: ANATHATA (Intocable).
Situación: plexo cardiaco, corazón (y su extensión hacia los hombros, los codos, las muñecas y las palmas de las manos).
Color: verde y rosa. Glándula asociada: timo.
Para nuestro cuarto don, el arco iris ha sido generoso: le ha dado el color verde y además el color rosa. Está situado en la columna vertebral, a la altura del pecho, siendo conocido como el chakra del amor o del corazón.

El cuarto chakra está considerado, por muchos maestros, de suma importancia para el verdadero florecimiento de la vida. Es el chakra del amor, de la verdadera unión de las almas en la luz del espíritu. Es la fuente de la verdadera felicidad, la felicidad de estar vivo y en comunión con la vida.

El amor es un sentimiento, un estado consciente del corazón abierto hacia la vida. Es una profunda unión con todos los aspectos de la existencia, sin privilegiar uno u otro como sucede con la emoción. El amor, al contrario del deseo, no ve rostros ni opuestos, sino el mismo corazón que late en cada ser vivo. El sentimiento de amor, que se basta por sí mismo, está totalmente desapegado de los deseos y anhelos, tan típicos de las emociones que buscan la felicidad en el ser amado.

El amor solo es pleno cuando vemos el corazón de Dios latiendo, indistintamente, tanto en una hormiga como en un elefante; en un ser amado como en un asaltante. El amor enseña que todos somos un solo ser dividido en muchos pedacitos, en muchas gotas del mismo mar que es el gran Alma Universal. El amor es el eslabón perdido, el eslabón entre lo humano y lo divino, el puente que une la materia al espíritu, equilibrando, armónicamente, la emoción con la razón.

Si abrimos los brazos, veremos que el cuarto chakra, el amor, es el punto central de nuestra cruz. Une lo que está arriba con lo que está abajo, lo que está a la derecha con lo que está a la izquierda, la intuición a la sensación, el sentimiento al pensamiento. Por debajo de él tenemos los tres chakras inferiores: el mental, el emocional y el instintivo, con la función de comprender, satisfacer y mantener la existencia material. Por encima, tenemos los tres chakras superiores indicados para la realización espiritual. Así podemos entender que el amor es el gran alquimista, el transmutadar de las energías materiales en energías espirituales, espirituales en materiales, emocionales en mentales, mentales en emocionales. Se puede decir que el amor materializa el espíritu y espiritualiza la materia, da emoción a la razón y razón a la misma emoción.

Los mismos colores del chakra son la unión de principios opuestos: el verde, como la unión del amarillo mental inferior del tercer chakra con el azul mental superior del quinto chakra, y el rojo instintivo del primer chakra con el blanco intuitivo del séptimo chakra.

El amor, omnipresente, indistinto y desapegado, nos libera definitivamente del karma, ya que no estamos buscando algo para la satisfacción de nuestros deseos personales. Estos ya se satisfacen directamente en la fuente de nuestro propio corazón. Y, por increíble que parezca, en este instante, todos los «ex deseos» personales han sido satisfechos, ya que no dependemos más de ellos para nuestra felicidad personal. Y porque, sobre todo, el sentimiento no es una búsqueda, ni una conquista, sino una entrega. Al entregar, sinceramente, el corazón a la vida, esta nos da todos sus tesoros.

El cuarto chakra inspira la fe, la devoción, el arte devocional, la paz emocional, la armonía, el optimismo constante y la consciencia de la relación respiración-corazón. Cuando el chakra está bloqueado, la persona no consigue amar a nadie a no ser a aquellos que le son valiosos. Es un egoísta emocional que solo piensa en la satisfacción de sus deseos personales. No se involucra con ningún tipo de causa humanitaria y la caridad solo le sirve como fachada cuando quiere causar una buena imagen. En los casos extremos es una persona que ni siquiera se ama a sí misma, intentando, constantemente, poner fin a su felicidad y a sí misma.

Cuando el chakra está hiperactivado, la persona es tan fiel a sus sentimientos y a los sentimientos que se esperan de ella, que es incapaz de decepcionar a alguien y causar algún tipo de desorden donde reina la paz y la armonía. Por amor, permanece prisionera de las relaciones, de la familia, de compromisos y palabras dadas, de las órdenes religiosas, de la necesidad de hacer siempre el bien y ser caritativa, olvidándose, después de tanto amor, que el ser más importante y próximo a ella es ella misma y su libertad de fluir libremente de acuerdo con los ritmos y sorpresas que nos trae la vida.

Cristales

Cuarzo Rosa
Conocida como la «Piedra del Amor», en verdad la principal función del cuarzo rosa es estimular el amor propio y la comprensión y aceptación de los propios sentimientos. Para amar a alguien, es fundamental amarse a sí mismo. Solo quien tiene amor en el corazón, quien se ama, es capaz de amar a otros.
Enseña el poder del perdón, de perdonar a los demás y perdonarse a uno mismo, perdonando las ofensas acumuladas en el corazón, sentimientos de soledad e inutilidad y falta de autoestima, para el desarrollo de una imagen de sí mismo positiva y para la satisfacción básica de las necesidades emocionales.
Provoca desahogos emocionales, permitiendo aflorar recuerdos y sentimientos reprimidos responsables del bloqueo de la autoestima para que puedan ser revisados y trabajados a la luz de la actualidad.
Deja a la persona sensible y emotiva. Da inspiración para el canto, la poesía, la música, la escultura y la pintura. Estimula la imaginación para crear formas bellas. Abre los ojos a la belleza y la amabilidad. Da una «piel de bebé» a quien se la pasa por el rostro (se va mojando y pasando el cuarzo rosa rodado por todo el rostro). Protege todos los órganos femeninos y la fertilidad.
Ayuda al sistema circulatorio, al corazón, los glóbulos rojos, los riñones, el hígado, los pulmones, los ovarios, los senos, los testículos y toda la región sexual.

Rodocrosita
La rodocrosita enseña el amor por la vida y a compartir ese amor con los demás. Con su color rosamelocotón, canaliza la energía del corazón hacia el segundo chakra, volviendo a la persona capaz de expresar, física y emocionalmente, sus más sinceros sentimientos. Estimula la expresión concreta del amor (amar a toda la humanidad es fácil, lo difícil es amar al prójimo). Abre caminos hacia nuevas experiencias de intercambio emocional, encuentros amorosos, creando calor, paz y armonía en las relaciones.
Como buena conductora de energía, libera el plexo solar, donde están almacenados los traumas y los conflictos emocionales no digeridos, integrando las energías de los chakras superiores a los inferiores (suelo colocar una rodocrosita sobre el cuarto chakra, otra sobre el segundo y, entre ellas, en el plexo solar, una malaquita o las tres sobre el plexo con la malaquita en el centro).
Activa el organismo, haciéndolo receptivo a las frecuencias más elevadas. Estimula el cerebro y el pensamiento creativo. Ayuda a dormir, transmitiendo sueños agradables. Colocándola sobre los ojos, recupera la vista frágil de las personas que no quieren ver ciertos aspectos de la vida. Alivia el estrés, la depresión y la falta de armonía.
Combate los bloqueos del diafragma, úlceras estomacales, problemas respiratorios y pulmonares, el asma, desarreglos digestivos, intoxicación de la corriente sanguínea, el cáncer y la diabetes. Purifica el .hígado y los riñones.

Cuncita
La cuncita, con su color rosavioleta, aporta equilibrio armónico entre la mente superior y los sentimientos, entre el sexto y el cuarto chakra, revelando un corazón maduro, abierto, libre de miedo, dispuesto a intercambiar amor con la vida.
Su naturaleza tranquilizante y dinámica ayuda al individuo a ajustarse a las presiones de la vida moderna, sobre todo en el caso de niños con dificultades de adaptación y actuación en la vida. Se usa para transtomos psiquiátricos, en la transmutación de sufrimientos antiguos, para el control de las pasiones, para la hiperexcitación y para la falta de memoria.
Combate el alcoholismo, la anemia, la artritis, las enfermedades cardiovasculares y digestivas, el vertígo, vómitos, epilepsia, problemas de la vista, gota, dolores de cabeza, desequilibrio hormonal, náuseas, deficiencias nutritivas, enfermedad de Parkinson, retraso mental, tensión en los hombros. Ayuda al sistema circulatorio, respiratorio y muscular; también a la audición, al tracto intestinal, a los maxilares, los riñones, la boca, el cuello y la tiroides.

Turmalina rosa
La turmalina rosa, en cierta manera completa el trabajo iniciado por el cuarzo rosa, compatibilizando el amor propio con la donación a los demás. Transmite alegría, entusiasmo y amor a la vida. Da seguridad para amar, expresar y compartir los sentimientos, haciendo a la persona más abierta hacia nuevas experiencias. Es buena para las personas con dificultad para relacionarse, con miedo de abrir el corazón al amor. Detecta dónde está el problema y qué hacer para solucionarlo.

Turmalina verde
La turmalina verde es una piedra curativa en todos los sentidos, desde el más espiritual al más material. Energética y rejuvenecedora, ayuda en el examen de los problemas y las enfermedades hasta su conclusión, dejándonos listos para «intentarlo otra vez».
Evita las energías negativas antes de que se hagan maléficas, indicando cómo reconocerlas y tratarlas. Recarga, a través de sus aristas, todo el sistema eléctrico del cuerpo, pasándola por los meridianos, el curso de los nervios y los hemisferios del cerebro (ahí también para las enfermedades mentales). Alivia la fatiga y el cansancio crónico. Sella agujeros en el aura. Proporciona el rejuvenecimiento, la abundancia, la prosperidad, la elevación del nivel de consciencia y la inspiración creativa. Desarrolla la capacidad de crear, proyectar y manifestar metas.
Fortalece y purifica el sistema nervioso, la tensión arterial y el equilibrio hormonal, pudiendo ser utilizada en cualquier enfermedad o problema físico.

Turmalina verde-rosa
La turmalina verde-rosa, también conocida como bicolor o «sandía», es una de las mejores piedras para el chakra del corazón: cura el cuerpo y el alma al mismo tiempo.
Es excelente para cualquier tipo de relación e intercambio afectivo, aportando templanza, armonía y equilibrio entre los opuestos (verde x rojo). Es la gran alquimista que transforma dos realidades distintas en su quinta esencia única.
Transmite sentido del humor para quien lleva la vida demasiado en serio. Ayuda en la resolución de problemas, dando consciencia del rumbo que van a tomar. Transforma las impresiones negativas del pasado en potenciales positivos para el presente.

Cuarzo verde
El cuarzo verde es una de las grandes fuerzas sanadoras del reino mineral. Calma, cura y equilibra la mente, el corazón y el físico. Actúa, eficazmente, sobre todas las anomalías y disturbios físicos, provocando el equilibrio y la armonía de las energías que los causaron.
Conforta el corazón, calmando las emociones que lo atormentan, dando una sensación de equilibrio y bienestar al cuerpo físico. Disuelve pensamientos enfermizos, armonizando los sentimientos y los problemas físicos relacionados con ellos. Mantiene el equilibrio y la salud en periodos de estrés y de mucha agitación. Elimina la ansiedad y el miedo, transmitiendo alegría y claridad a su usuario.
Estimula el tejido muscular y el timo, fortalece la sangre y la vista, siendo excelente para curar las enfermedades y accidentes de la piel.

Esmeralda
La esmeralda es, sin duda, una de las grandes piedras de poder, alineando sus cualidades divinas con las fuerzas naturales. Está considerada la misma cristalización del fuego cósmico en el plano terrestre. Es un puente entre el ser humano y las energías de la naturaleza.
Aumenta la percepción de las facultades psíquicas, revelando los misterios del cielo y de la tierra. Ayuda a desarrollar un cuerpo físico bello y revitalizado. Da paz al cuerpo y al corazón, propiciando la cura física, emocional y mental.
Da una vida larga, aumenta la elocuencia y la memoria, refuerza los lazos matrimoniales contra la tentación y la seducción. Atrae el amor, la jovialidad, la belleza, la vitalidad, el dinero y los viajes.
Actúa sobre problemas familiares, problemas con la imagen paterna, miedos escondidos, temperamentos explosivos, exorcismos, esquizofrenia, el equilibrio de la personalidad y la mejoría en las relaciones.
Fortalece la vista y refresca los ojos, aumenta el apetito, da brillo a la piel, desarrolla la buena forma física y facilita poder engordar (para los delgados). Normaliza la tensión arterial, el sistema circulatorio, el sistema de inmunidad y el sistema nervioso. Combate la tos, la fiebre, el estado de coma, la epilepsia, las hemorragias, las inflamaciones de los órganos internos, la debilidad del corazón y el estómago, la tuberculosis, la diabetes, los problemas urinarios, las piedras en el riñón, los cólicos, las poluciones nocturnas, los abortos, la indigestión, la disentería, la mudez, la sordera, el insomnio, las pesadillas, el estreñimiento, enfermedades infantiles, problemas de la piel, las contaminaciones ambientales y la radiación.
Dicen que no se debe usar junto con otras piedras (solamente con el diamante).

Malaquita
La malaquita, otra piedra ligada a las fuerzas de la naturaleza, tiene el poder de expurgar el subconsciente de las energías negativas, expeliendolas en la mente consciente para su depuración y transmutación. Saca a la superficie lo que envenena y corroe el alma.
Colocada sobre el plexo solar, libera las emociones estáticas o reprimidas, permitiendo la circulación de la energía, restaurando la respiración plena, aportando una sensación de bienestar físico y emocional. Se puede colocar también sobre las áreas enfermas o doloridas para extraer las energías negativas y sacar a la superficie sus causas psicoemocionales.
Consolida las energías superiores para utilizarlas con finalidades elevadas. Da responsabilidad, equilibrio emocional y visión interior. Despierta la capacidad de sanar. Disminuye el dolor de la nostalgia y da esperanza. Proporciona el crecimiento a través de la creatividad y del cambio.
Muy sensible, con gran capacidad de absorción, se carga fácilmente con energías negativas, por eso se hace necesaria su limpieza y energización constantemente (es bueno dejarla cerca de un agregado de cuarzo blanco).
Combate el asma, el cólera, los cólicos, los espasmos cardiacos, los desórdenes menstruales, el envenenamiento, la intoxicación, el reumatismo, las heridas, la radiación, el dolor de dientes, el autismo, el cáncer, las cataratas, las enfermedades infantiles, la mala circulación, los calambres, la epilepsia, la debilidad, los desmayos, la flacidez, las hemorragias, las hernias, las infecciones, la leucemia, la deficiencia nutritiva, el dolor, las úlceras, las piedras en el riñón, problemas en los ojos, la vista cansada, los edemas, el insomnio, el estrés y la ansiedad. Favorece el bazo, el diafragma, el páncreas, el estómago, el abdomen, la lactancia, la regeneración de los tejidos, la coordinación motora, la prevención contra la gravidez y el equilibrio entre los hemisferios del cerebro.

Peridoto
El peridoto afecta a los estados emocionales negativos, como la rabia, la envidia, los celos, los ego s heridos, la melancolía y la desilusión, ayudando a reconciliar relaciones deterioradas. Mejora la relación conyugal, intensificando la tolerancia y los sentimientos de amor.
Calma la ansiedad, estimula la fluidez mental y emocional. Regenera el bienestar físico, tonificando el organismo, haciéndolo más fuerte, sano y radiante. En el plexo solar, libera la tensión emocional nerviosa y los traumas reprimidos. Equilibra el sistema endocrino, sobre todo, las glándulas que controlan la salud del cuerpo físico y están asociadas directamente a los chakras.
Limpia el subconsciente, beneficia la visión exterior e interior, da inspiración y elocuencia, aumenta la autoconfianza y la energía afirmativa. Es buena para las personas incapaces de relacionarse con la vida. Da paciencia contra la ansiedad, el estrés y la depresión.
Libera y neutraliza las toxinas, regenera los tejidos, mantiene la juventud y los senos firmes. Combate los males de estómago e hígado, deficiencias nutritivas, epilepsia, envenenamiento y espasmos.

Crisópaso
El crisópaso, o crisoprasio, absorbe el calor y la ansiedad, dejando a las personas menos egoístas y más abiertas a nuevos ambientes y situaciones. Con su poder, ayuda a la persona a encontrar el verdadero amor, estimulando la creatividad y los talentos ignorados.
Ayuda a hacer consciente lo que era inconsciente, fortalece los mecanismos de percepción y la consciencia elevada, fortalece la esperanza y estimula la claridad de visión, calma la intranquilidad y da perspicacia, presencia de espíritu y adaptabilidad a las diferentes situaciones.
Ayuda en los partos, refuerza la fertilidad, protegiendo contra las enfermedades de transmisión sexual, las enfermedades mentales y problemas de la vista.

Jade
El jade es la «Piedra de los Sueños». A través de los sueños, estimula la liberación emocional, su comprensión psíquica, la llegada de enseñanza superiores y dones proféticos.En China es el símbolo de las cinco virtudes del hombre: modestia, coraje, justicia, sabiduría y misericordia.
Transmite pureza, serenidad, habilidad para mejorar la existencia. Apacigua la mente y hace que las tareas parezcan más fáciles y menos complejas. Benéfico para el corazón, prolonga la vida. Da mayor capacidad para amar y buena voluntad para tratar con las cuestiones cotidianas.
Refuerza los sistemas de filtro y limpieza del cuerpo. Ayuda en la eliminación de toxinas, en el alivio de los cólicos y en los problemas renales (piedras en los riñones). Ayuda en los partos, trae suerte en el juego y en el amor familiar. Protege contra los accidentes, calma e impide la fatiga.