La acción del péndulo

En cuanto a la acción del péndulo, quiero dar algunos datos y matices para su uso específico dentro de la terapia de los chakras con cristales.

Inicialmente, el péndulo puede ser cualquier objeto que tenga un determinado peso y que se pueda atar a nuestro dedo (con un hilo de unos 15 centímetros, aproximadamente), y una vez asociado a nuestra energía y voluntad mental, captar las energías sutiles que huyen a nuestra vista y comprensión. El secreto de su uso reside en la objetividad de la pregunta que se le haga y en el posterior silencio mental en el momento que estuviera captando y transmitiendo las informaciones pedidas.

En la terapia de los chakras con cristales, el péndulo, ya sea de cristal, de madera o de cualquier otro elemento, capta, por un lado, la energía favorable de los cristales para la situación ante la que nos encontramos y, por otro, la apertura o clausura de los chakras, así como también la intensidad de su diámetro y velocidad.

Convencionalmente, consideramos positivo o favorable el giro del péndulo en el sentido de las agujas del reloj y, contrariamente, cuando gira a la inversa. Al colocar un péndulo sobre un cristal, a una distancia aproximada de unos cinco centímetros, este girará hacia un lado o hacia el otro, afirmando o no la validez de ese cristal. Cuanto mayor es el diámetro del giro, mayor es el efecto del cristal.

En el caso de los chakras, el péndulo apenas captará las energías que estos irradian, o sea, su movimiento de apertura o cierre ante la vida. Colocado a una distancia de diez centímetros sobre cada chakra, girará en el sentido horario si el chakra estuviera abierto, y en el sentido antihorario, si estuviera cerrado. Es importante notar también la intensidad del giro, tanto del diámetro cuanto de la velocidad, para saber el grado de apertura o de clausura.