La tirada de la Novena

Nos encontramos con una tirada que sin pertenecer a las de índole mágica, en cierta forma encierra algo de magia, ya que justo antes de comenzar la tirada de las car­tas deberá encenderse una vela de color blanco y depositarla junto a un vaso de agua. Esta vela deberá apagarse al llegar la noche y encenderse al comenzar el día, por espacio de nueve días. Si no durase estos nueve días, justo antes de que se acabe deberá ser sustituida por otra vela del mismo color. Y ahora viene un aspecto curioso: las cartas resultantes de esta tirada deberán permanecer cubiertas por un paño de color blanco durante todos estos nueve días, sólo así, según la tradición, el consultante estará armonizado y protegido por las cartas, independientemente del mensaje de éstas.
Tarot