Conocida popularmente como la tirada de «la gitana», se trata de una tirada que se remonta a muchos años atrás y que posiblemente fue introducida por los gitanos húngaros en su caminar por Europa. Su inconveniente es que, pese a su sencillez, su precisión está basada en el conocimiento del consultante y la interpretación que efectuará sobre los significados individuales de cada carta, y también de la importante capacidad de relacionar las cartas.
En esta tirada se dispondrán las cartas en tres hileras de siete naipes cada una, siempre empezando por la izquierda. Una disposición, como ya hemos indicado, sencilla en cuanto a la forma de tirarlas.
La hilera superior de cartas representará las influencias pasadas y los acontecimientos recientes, así como las circunstancias que nos han llevado a la consulta.
La hilera central representa las circunstancias presentes del consultante, sus sentimientos, sus deseos, sus esperanzas y otros factores importantes referentes a la consulta que se realiza. Pero al mismo tiempo esta hilera también indica las posibles alternativas a tomar, así como las oposiciones que encontraremos en ellas y las oportunidades que surgirán en todo este complejo recorrido.
Finalmente, la última hilera, es decir la inferior, nos ofrece las respuestas y las posibles resoluciones de la situación desencadenada.
Esta tirada requiere que el consultante interprete cada hilera de forma independiente, según las cartas que va descubriendo. También debe realizar una lectura general a través de la cual sabrá qué acontecimientos le empujaron a la situación actual de la consulta y las elecciones o decisiones que debe tomar para poder resolver el problema de una forma adecuada.
