Los cristales como fuente de afectividad, prosperidad, salud y belleza

No es acaso que tenemos la condición de humanos. Aquí estamos para aprender a trabajar con nosotros ante la vida; para aprender a trabajar con nuestros deseos, pensamientos y actitudes. Dentro del misterio de la existencia, cada uno viene con una historia personal a desempeñar, un desafío para superar y un tesoro para conquistar. Y en ese juego de la vida, cada uno está en un determinado nivel de consciencia para el desarrollo de determinados aspectos de su ser.

De ese modo, no tenemos capacidad para juzgar o criticar a nadie por sus deseos, pensamientos y actitudes; pues, quién sabe, si alguien, en su «pequeña» manera de ser, no estará evolucionando mucho más que nosotros, i«grandes maestros», estancados en los prejuicios de nuestro saber!

Con ello, quiero decir que admiro a la persona que está buscando una piedrecita para conseguir un enamorado, a otra que desea una piedrecita para ganar dinero, además de las que quieren una piedrecita para curarlas de todas las enfermedades y convertirlas en bellas y atractivas; pues están buscando, soñando con la felicidad, sea de la forma que sea. Están colocando magia y encantamiento en sus vidas, creyendo que la luz de aquel cristalito iluminará y abrirá sus caminos.

Solo que la historia no termina ahí. Sí, existen cristales que nos ayudan a convertimos en atrayentes, prósperos y saludables. Los resultados son visibles cuando creemos en ellos, pero pasajeros cuando no creemos en nosotros mismos. El amor, la prosperidad y la salud son energías que emanan de nosotros mismos y se desdoblan por la vida. Cuando los buscamos en el mundo para rellenar nuestra propia carencia interior, pasamos a depender de ellos para tener nuestra felicidad y, con ello, perdemos la libertad.

La persona que se sirve de la energía de un cristal para alcanzar un deseo personal de su ego, podrá incluso conseguirlo, pero de ahí a mantenerlo y lidiar con él, es otra historia. Debemos estar preparados para trabajar con aquello que pedimos; incluso un tesoro puede desperdiciarse cuando no se sabe usarlo.

La satisfacción de nuestros deseos es importante, sí. La prosperidad y la riqueza material también son importantes. La salud y la belleza, ¡no digamos! La cuestión es la forma de cómo trabajamos con ello. El actor brilla interpretando su personaje, en cuanto que este busca su brillo en los resultados de la trama de la historia.

Atraemos el amor, la salud y la prosperidad con nuestro brillo interior, como un sol que dona luz y calor; como una lampara que, a la noche, atrae todas las mariposas.