Tarotistas célebres: Eliphas Lévi

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Eliphas Lévi

Alphonse Louis Constant nació en París el8 de febrero de 1810. Hijo de un pobre zapatero, recibió una enseñanza religiosa, primero en el pequeño seminario de Saint-Nicolas-du-Chardonnet y posteriormente en el de Saint-Sulpice.

En el primero su educación fue muy positiva bajo la dirección del abate Frere, autor de un estudio sobre el magnetismo animal, que supo orientar al joven Constant hacia un catolicismo renovador y místico, por no decir liberal, y en cierto punto orientado hacia la magia, lo que marcaría para siempre a su discípulo; en cambio, Saint-Sulpice, con sus rígidos reglamentos, moral hipócrita y ruda disciplina, hizo vacilar sus convicciones católicas, llevándolo a refugiarse en la poesía.

No obstante, dotado de un notable talento natura! no tardó en tomar las órdenes menores y alcanzar el diaconado; pero en 1836 fue expulsado del seminario por motivos que nunca han sido claramente dilucidados, pues si bien se dice que fue a causa de su interés por el ocultismo o de sus relaciones con Adele Allenbach, lo más probable es que fuera por sus ideas liberales, pues apenas abandonado el seminario empezó a exponerlas públicamente.

A consecuencia de ello, la posición social de Constant resultaba sumamente particular, pues a pesar de no haberse ordenado sacerdote seguía siendo «el abate Constant» y debía seguir vistiendo la sotana, con lo cual el escándalo estalló apenas publicó su Biblia de la Libertad, un panfleto incendiario dirigido contra la Iglesia, el Estado y el orden social. El panfleto fue secuestrado de inmediato, y Constant procesado y encarcelado.

Tras un paréntesis de unos años turbulentos en los que se relaciona con todo el mundo artístico, bohemio y liberal, a los treinta y seis años se casa con la adolescente Noémie Cadiot (de la que se separará en 1847) Y pasa definitivamente a la vida laica, lo que el mismo define diciendo: «El abate Constant ha muerto, tenéis ante vosotros a un laico: Alphonse Constant, dibujante, pintor, hombre de letras, pobre y amigo de los pobres». Toma parte activa en la revolución de 1848 y luego colabora en la gigantesca empresa de redactar el Diccionario de la Literatura Cristiana, en el que trabaja hasta 1851.

Es en esta época cuando se familiariza con las teorías de Wronski, el matemático investigador de lo absoluto, lo que le lleva a iniciarse en los arcanos de la dialéctica esotérica. Es ahora cuando decide adoptar el nombre de Eliphas Levi (traducción al hebreo de su verdadero nombre), con el que en adelante firmará todos sus escritos ocultistas.

En 1854 inicia la publicación de su Dogma y Ritual de Alta Magia, que prosigue hasta 1856, primero editado en fascículos y posteriormente, en 1861, en un solo libro. En esta obra, Levi nos aclara su pensamiento sobre el Tarot -que como ya hemos dicho se aparta totalmente del de Etteilla- retomando la corriente cabalística de la mística de los números e introduciendo sus claves en el Tarot, con las que intenta hacernos comprender que los arcanos mayores poseen un significado mucho más profundo de lo que se creía; así por ejemplo, al Ahorcado le devuelve su verdadera posición cabeza abajo y lo define:

«Ejemplo, enseñanza, lección pública». Un hombre colgado por un pie y cuyas manos están atadas a la espalda de modo que su cuerpo forme un triángulo con la punta hacia abajo, y sus piernas una cruz por encima del triángulo. La potencia tiene la forma de una táu hebrea; cada uno de los dos árboles que la sostienen tienen seis ramas cortadas. En otra parte ya hemos explicado este símbolo del sacrificio y la obra realizada; por lo tanto, no volveremos a repetirlo aquí.»

Sus ilustraciones se centran en El Diablo, al que convierte en el macho cabrío del Sabbat o Bafomet del Templo, con todos sus atributos panteístas, y en El Carro, convertido en el carro de Hermes.

Pero su clave principal consiste en la atribución de cada una de las letras del alfabeto hebreo a cada uno de los arcanos mayores del Tarot, yen la distribución de las letras de la palabra TARO, que dice tomada de La Llave de las Cosas Ocultas, de Guillermo Pastel, y que resume así:
videncia
En esta forma tanto puede leerse ROTA, que es el nombre de la Rueda de Ezequiel, como TARO, sinónimo del Azoe de los filósofos herméticos; es una palabra que manifiesta cabalísticamente lo absoluto dogmático natural y está formada con caracteres del monograma de Cristo, según los griegos y los hebreos.

La R latina (P griega) se encuentra en medio, entre la A (alfa) y la O (omega) del Apocalipsis; luego, la T (táu sagrada), imagen de la cruz, encierra la palabra.

Levi también se dio cuenta de que en el Árbol de la Vida cabalístico existen veintidós senderos que unen entre sí a los diez sefirot. De este modo, al existir veintidós arcanos mayores, veintidós letras hebreas y veintidós senderos en el árbol, todos estos elementos pueden acoplarse entre sí, y a cada arcano mayor del Tarot le corresponderá una letra hebrea y un sendero sefirótico. De aquí que, al escribir su Dogma y Ritual de Alta Magia, también lo divida en veintidós capítulos, a cada uno de los cuales otorga una letra hebrea como complemento a su numeración.

En la obra mencionada, Levi concluye su pensamiento con estas palabras a modo de resumen:

«El Tarot, este libro milagroso, inspirador de todos los libros sagrados de los pueblos antiguos, es el instrumento más perfecto de adivinación a causa de la precisión analógica de sus números y figuras. »Efectivamente, los oráculos de este libro siempre son rigurosamente verdaderos, por lo menos en un sentido, e incluso cuando no predice nada, siempre revela cosas ocultas y ofrece a los consultantes los más sabios consejos»
Puede decirse que con sus teorías Levi fija definitivamente las bases sobre las que los demás -especialmente Papus- desarrollarán la interpretación del Tarot, tanto esotérica como adivinatoria.

La última parte de la vida de Eliphas Levi, que es la que propiamente puede considerarse como la de un mago, carece de interés desde el punto de vista del Tarot, por ló que nos limitaremos a recordar que falleció el 31 de mayo de 1875, olvidado del gran público, la prensa y los medios intelectuales de París.