La mujer Tauro

La mujer Tauro es decididamente bella y simpática, la influencia de Venus le da una fascinación indiscutible con líneas armoniosas, rostro a menudo redondeado u ovalado y mirada maliciosa y seductora. Aun siendo casi siempre delgada, tiene formas hermosas, muy agraciadas, y una gran carga sexual. Es, en una palabra, muy femenina, pero no por ello renuncia a su propia vida y actividad.

Tiene gran sentido de la familia y se preocupa porque a los hijos no les falte nada. Intenta casarse pronto, pero no por ello está dispuesta a renunciar a su carrera. Esto sucede sobre todo en el tipo más evolucionado del signo. Tiene siempre muchos admiradores: si se ve a una señora mayor y todavía agradable, de cabellos blancos, vestida con coquetería y rodeada de la admiración masculina, podemos apostar tranquilamente a que se trata de una mujer nacida bajo el signo de Tauro. Fiel por naturaleza, no excluye el gusto por los flirteos, pero no se compromete nunca porque teme, al igual que el hombre, las complicaciones sentimentales. Es celosa por temperamento: cuidado con el hombre que la traicione; incluso tratándose del marido no dudaría en tomar posiciones extremas. Sigue la moda con atención y sabe aplicarla a su personalidad; no se pondrá nunca un vestido equivocado sino que tiende a cambiar el modelo de acuerdo con sus propias exigencias, a menudo siente afición hacia todo lo que es arte, expresión, color. Es coleccionista: ama todas las cosillas que ha ido recogiendo durante sus múltiples viajes; su casa está llena de objetos que le gustan y a los que aprecia mucho. En general, la mujer Tauro tiene un gran concepto de su vida privada: no tolera que ojos indiscretos curioseen en la intimidad de su casa y nunca confía a nadie sus propios problemas.

Si algo no va bien rehuye confiar sus propias preocupaciones a los demás, y por ello, a menudo da la impresión de una gran serenidad doméstica, aunque esta no exista. En sus relaciones con el marido es una óptima colaboradora, porque sabe encontrar el modo de ayudar al marido en su carrera, sabe comportarse en las dificultades y sabe apretar, si es preciso, los frenos. Es una buena compañera: siempre deliciosa, fascinante, aun cuando no se encuentre bien y tenga problemas. Las joyas son su pasión, le gusta poseerlas aunque fácilmente se aficiona a una sola «pieza» que lleva siempre.
La mujer Tauro, tiene cierta inclinación por las profesiones artísticas, pero su interés principal recae en el matrimonio, en el que destacará como una perfecta ama de casa. La belleza de esta mujer es de apariencia frágil, tiene ojos extraordinarios y grandísimos, de una belleza divina. Al igual que en el varón, el lado práctico y económico encuentra una base sólida. Ama con tierno amor a su compañero, pero su sentido posesivo y sus celos pueden hacérselo perder o cansarlo; cosa por otra parte raramente verificable, ya que el amor de este tipo de mujer por sus propios hijos, típicamente materno, le inducen a aceptar incluso el lado negativo de un matrimonio. Es una mujer que sabe lo que quiere tanto respecto al hombre como a su profesión. La alegría y buen humor de la mujer Tauro se ven, no obstante, sujetos a cambios que le llevan a la pasividad o la melancolía. Puede ser también un tipo frío, que más tarde se convierte en pasional. No obstante, es una mujer que se fija metas precisas y sabe seguirlas y, si la ocasión le es favorable, puede convertirse en una gran mujer, como lo demuestran Margarita de Navarra y Catalina de Rusia, nacidas en este signo.