La casa de los Virgo es su refugio. Suele estar ordenada según las necesidades de su dueño.
A menudo es difícil de compartir. Probablemente, el interior está inmaculado, aunque el conjunto resulta algo atiborrado: gran cantidad de alfarería, ornamentos orientales y plantas. Muchos Virgo prefieren los estilos campestre o rústico antes que el refinamiento urbano.
La decoración se basa en colores sencillos y neutrales o en el blanco, con muchas texturas y telas naturales. Las soluciones para guardar objetos son inteligentes, y todo tiene un lugar y siempre estará en él.
Los Virgo son buenos anfitriones, aunque demasiado ansiosos. Los huéspedes se pueden ver obligados a compartir con él su dieta (que puede ser extrema) antes que recibir aquellas cosas que su paladar aprecia en circunstancias excepcionales.
Los Virgo necesitan un jardín, si es posible con un rincón para el cultivo de hortalizas y hierbas medicinales. Un patio interior puede servir, pero lo que prefieren es un pulcro jardín con espacios geométricos, un invernadero y un cobertizo para las macetas.
Muchas casas Virgo están bien provistas de plantas: son menos caras que los ramos de flores, y a los Virgo les agrada contemplar su crecimiento.
Tienen afinidad con los animales y, a menos que las circunstancias domésticas se lo impidan, tienen mascotas o, mejor aún, animales que les acompañen en sus paseos.
Siempre estarán muy bien cuidados, pero su dueño espera que ellos contribuyan a ello a su manera: los gatos, cazando ratones, los perros, vigilando la propiedad. Puede haber tendencia a preocuparse por la salud de estos.