Geminis considera amor y sexo como elementos indispensables de un episodio exultante, y está siempre a la búsqueda de una pareja ideal que les ayude a poner en práctica sus conceptos sobre lo que consideran una vida feliz.
El juego (sí, juego) amoroso de los nativos de este signo contiene siempre elementos de complicidad y aventura vividos en unión de una persona afín, porque estas criaturas mercuriales son eternos adolescentes: les encanta flirtear permanentemente incluso el día de su boda, o antes de una intervención quirúrgica, porque en su mente todo momento es perfecto para iniciar un idilio novelesco, pleno de originalidades y sorpresas y alas para escapar de la realidad con la ayuda y el entusiasmo de otro.
Así pues, fácil aman y fácil se fatigan o aburren… a menos que la otra parte no se haya entregado por completo. En este caso les asaltará la inquietud en forma de mil interrogantes.
Y pasarán por todo, incluso por la humillación, antes que resignarse a ser abandonados por alguien de quien no se han hecho amar por completo.
Es lo único que les gusta hacer hasta el final. Y esto es porque un amor incompleto, inacabado, todavía tiene sorpresas, oculta algo que puede ser decisivo para su ánimo y para su destino, y ello le confiere un nuevo valor.