La muerte en el sueño no anuncia una muerte física (y conviene subrayarlo para aquellos que ven en el hecho de soñar con difuntos una predicción funesta), sino una «muerte» psíquica. Cuando se sueña con el final de una persona, se trata del fin de la relación con ella. Es el sueño típico de la adolescencia y es, a pesar de las apariencias, positivo. El adolescente sueña con la muerte de sus padres porque está tomando conciencia de las nuevas exigencias, de sus propias posibilidades y de sus necesidades de emancipación. Se aleja de la protección materna y paterna para crecer y madurar. Esto en el sueño lo simboliza la muerte. Incluso en la lectura del Tarot, esta se interpreta también como una transformación, como un paso evolutivo de un estado a otro diferente.
Es preocupante, en cambio, soñar con cadáveres: estos no tienen ninguna parcela vital. Se trata de algo completamente muerto que nos arrastra aun a su lado por el hecho de no haberlo enterrado hace tiempo.
Soñar con personas desaparecidas puede ser también compensatorio y lenitivo porque su «presencia» afectiva es todavía cercana y actual.
La muerte es un símbolo arquetípico. A pesar de su apariencia negativa y de su tenebrosidad, representa un momento de transición, de paso hacia otra vida, más grande y quizá mucho más luminosa.
Ver en sueños a personas muertas simboliza alguna cosa del muerto que se debería haber abandonado hace tiempo pero que todavía se lleva encima.
Puede suceder que en el sueño se transporte un cadáver en una urna funeraria, un cadáver que puede representar tanto un fracaso sentimental como profesional, o también un ideal en el que no se cree ya. Asistir a una muerte violenta, por ahogamiento o por agresión delictiva, denuncia la pérdida de fuerza vital o de preciosos valores. Desde el punto de vista de la medicina, soñar que se ve a un difunto corresponde a un estado de angustia o de fobia, en el que domina el temor a verse afectado por una enfermedad cardiaca o por un cáncer. Para Freud este tipo de sueño indica que se produce una identificación del soñador con el difunto.
Para Gustav Jung soñar con la muerte de una persona significa el final de las vinculaciones psíquicas con esa persona.
Ver a un muerto en sueños es, para la interpretación popular, indicio de cambios radicales: el hombre casado se separará y el soltero se casará. La mujer embarazada que sueña con la muerte dará a luz felizmente. El soñador enfermo se curará. Soñar que uno es sepultado es presagio de un viaje de placer, ver resucitar a un muerto significa que se producirán graves acontecimientos. Si la persona difunta es un familiar, la actitud en el sueño puede manifestar aprobación o desaprobación en comparación con la conducta del soñador.
Para los intérpretes de la Antigüedad ver muertos en sueños es un símbolo funesto y puede significar la muerte del soñador mismo o de quien está cerca. Lo mismo pasa si en sueños se abraza a un muerto, si se oye su llamada o si se deja conducir hasta él. No obstante, dicen los filósofos, un difunto puede ser un buen consejero: si se le hacen preguntas a un muerto, sus respuestas se cumplirán.