De esto se deriva, sin duda, su inseguridad e indecisión, pero también una gran imaginación y un agudo sentido artístico.
Esta es la naturaleza sagitariana más nerviosa e inquieta, siendo muy difícil poder verle alguna vez en calma absoluta.
Gran agilidad corporal y mental, así como buena dosis de fascinación personal, inteligencia superior y adaptabilidad a muy diversas disciplinas y formas de vida, aunque sin profundizar seriamente en ninguna, por más que lo aparente.
De hecho, el Sagitario con este ascendente encontrará muy difícil triunfar en la vida, a menos que en un supremo esfuerzo consiga sujetarse las bridas y someterse a una rígida disciplina.
Predisposición a las afecciones de las vías respiratorias, garganta y pulmones, así como a la apendicitis y a diferentes tipos de hernia. Particular gusto por la actuación teatral o cinematográfica.
En el ámbito de lo amoroso no será fácil tampoco que llegue a considerarse afortunado, ya que no sabe proyectar seguridad, requisito básico para el establecimiento de relaciones sólidas. Podemos citar a Voltaire, Frank Sinatra, Mario Soares y Geraldine Page.