La ambientación de la consulta

A fin de obtener la imprescindible concentración de consultante y consultado, que construya el puente psíquico para facilitar la integración de fuerzas, el consultorio debe ser tan sencillo como acogedor, dotado de todo lo necesario para la relajación del que consulta, de manera que toda su esencia psíquica tienda a fundirse con la del cartomántico, y liberado, en consecuencia, de cuanto pueda entorpecer tan necesaria fusión.
Dice la tradición de echadores de cartas de baraja española que las paredes deben hallarse limpias de todo objeto que pueda distraer la atención del consultante o chocar con su personalidad política o religiosa. En este sentido, cualquier imagen, fotografía u objeto de culto podría abrir las puertas de la suspicacia o bien la falta de confianza en el consultado. Otro tanto se decía respecto a las obras pictóricas, ya que, a la probable desconexión entre el sentido alegórico del cuadro y las personales creencias del individuo receptor, habría que unir las tendencias artísticas de éste.
Debemos aclarar que todo ello no cuenta en el caso del Tarot, ya que el estímulo del Tarot tiene el suficiente peso como para impedir cualquier posible distracción. Es imprescindible, en cambio, contar con una mesa apropiada para el trabajo, asientos cómodos y un armario donde el cartomántico guarde los elementos necesarios para su trabajo. En ningún caso ha de permitirse que consultante o consultado fumen.
La iluminación debe ser tenue sin llegar a la penumbra; conviene que a la luz general se añada una lámpara auxiliar que desde la propia mesa o desde cualquier otro punto permita la iluminación de las cartas. El consultante debe ser recibido con la luz general que persistirá mientras se establece el contacto previo que prologue la sesión, pero cuando ésta se inicie será apagada, encendiendo únicamente la que incidiendo sobre la baraja ayude a polarizar en ella la atención de las dos mentes. El apagado-encendido debe efectuarse sin que el cartomántico haya de levantarse para mantener intacta en todo momento la simbiosis consultado consultante.

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