Tauro y el Amor

Los Tauro resultan sumamente atractivos para el sexo opuesto. Son constantes, sensuales y sentimentales y estas tres características los hacen irresistibles a la hora del amor. En ellos parecen convivir dos fuerzas contrapuestas: mientras en la vida cotidiana son organizados y metódicos, a veces hasta el exceso, en la cama son un torbellino; por eso el amante que trasponga las puertas de su dormitorio descubrirá muy pronto su increíble habilidad para procurarle placer.
Pero además de sexo ardiente, el Toro proporciona a su amante seguridad, ya que para él es uno de los componentes indispensables de la vida. Sentirse seguro equivale para Tauro a tener oxígeno para respirar. Por eso, cuando confía en el amor de su pareja, sus inhibiciones desaparecen como por arte de magia, cediendo paso a la pasión, la fidelidad y el romanticismo.
Tan fiel y leal es el tauriano, que pondrá mucho cuidado al elegir su pareja, ya que una vez comprometido con ella no se volverá atrás y tolerará mucho más que la mayoría de los otros signos del zodíaco. Además, la hará sentir a salvo de los peligros de la vida y la colmará de atenciones y regalos. Para un Toro, el obsequio romántico debe ser un componente imprescindible de la relación amorosa. Sus atenciones responderán al espíritu romántico que lo alienta, por lo que pueden llegar a parecer anacrónicas. Flores, cartas y declaraciones formales le darán a la relación un halo de otro tiempo. Sentimental por naturaleza, no dudará en atesorar cada objeto que se relacione con una situación amorosa placentera, por lo que deberá disponer de un gran espacio para guardar fotografías, servilletas de bares, programas de cine y teatro, cartas y todo lo que directa o indirectamente aluda al ser amado. Esta faceta romántica constituye uno de sus mayores atractivos y no está en absoluto reñida con su fogosidad, sino que la complementa.
Su obsesión por el orden, sin embargo, puede jugarle una mala pasada. Su afán por controlar cada cosa de la vida cotidiana y de la relación amorosa no siempre es bien recibida por su pareja, quien suele encontrar intolerable que Tauro suponga que lo que es bueno para él debe serlo para todo el mundo. Preocupado por la eficiencia, corre el riesgo de quedar atrapado en el trabajo, al que le confiere una importancia suprema y cuando se convierte en presa de la rutina, su pasión se enfría, ya que no le quedan energías para dedicarle. Al mismo tiempo, sin el estímulo del amor, no puede trabajar bien y esta situación se convierte en un círculo vicioso del que le cuesta salir.
A veces, su afán de posesión suele espantar a sus amantes y enfriar la pasión. Aunque por lo general se muestra tranquilo, los celos e inseguridades que lo atormentan pueden hacerlo estallar en el momento menos oportuno.