Es inútil que un amante se esfuerce por procurarle placer erótico si no se esfuerza paralelamente por conquistarlo a nivel intelectual. Virgo sólo podrá entregarse en cuerpo y alma si su pareja ha superado todas las pruebas de capacidad a las que la haya sometido.
Minucioso en todo, recabará la información posible acerca de su amante potencial: desde qué pasta dental prefiere hasta cuáles son sus gustos en materia musical y deportiva, desde sus hábitos cotidianos hasta su formación profesional. La mente virginiana no puede dejar ningún detalle librado al azar ni permitir que exista oportunidad para una sorpresa, pero no tolerará que su amante actúe de la misma manera, ya que tomará la curiosidad de éste acerca de su vida como una intromisión imperdonable.
El sexo puede convertirse para Virgo en una de las tantas obligaciones a cumplir que anote en su ordenada agenda y su afán por hacer todo con la máxima perfección puede malograr cualquier encuentro. Por eso, la intimidad le resultará más placentera cuando surja de manera imprevista, sin que tenga tiempo de poner a trabajar su meticuloso cerebro planificador.
Los escarceos previos al acto sexual deberán ser lo suficientemente prolongados y sabios como para que su deseo termine por imponerse sobre su razón. Si lo logra, el placer que obtenga y haga obtener a su compañero será ilimitado.
En la cama los juegos también pueden lograr aplacar la infatigable manía virginiana de la planificación. Desempeñar otros roles y asumir otras personalidades más dúctiles contribuirá a atenuar su rigidez.
El punto más sensible de Virgo es la zona estomacal, por lo que quien quiera conquistarlo no podrá prescindir de las caricias, los besos y los masajes suaves en toda el área. De esta forma, la llama de su deseo se avivará y logrará obtener un goce intenso.
Los placeres gastronómicos tampoco deberán estar ausentes de la cama. Compartir una exquisita tarta de chocolate, mordiendo los dos la misma porción hasta lograr el encuentro de los labios resultará un magnífico estímulo para Virgo.
Pero la clave para acceder al magnífico tesoro de su pasión oculta será, sin duda, la capacidad de su amante para tomar las riendas de la pareja, impidiendo que la mente virginiana pueda ponerse en acción.