Cómo hacer que vuelva la persona amada utilizando la bola de cristal

Con la bola de cristal se pueden hacer también pequeños pero eficaces «vínculos». Si lo deseamos, podemos, por tanto, ayudar a los que queremos.
Para que este ritual tenga éxito, se tienen que dar dos condiciones preliminares:
1) que la persona a la que hay que «atar» sea una persona débil,
2) que nosotros, en cambio, seamos fuertes. Además, es necesario que el deseo de ayudar a nuestro prójimo nazca de la profundidad de nuestro corazón. El ritual se tendrá que realizar durante un mes, o dos, o tal vez más; hasta que, finalmente, encontremos a la persona en cuestión en una situación de «debilidad» psicológica (en ocultismo se dice: «tener los biorritmos bajos»), y sólo entonces conseguiremos afectar a su aura psíquica.
Entonces, el «acercamiento» será cosa hecha.
El rito tiene que empezar con la luna nueva. Vamos a encerrarnos en el dormitorio y vamos a colocar la esfera en el centro de la cama. Debajo de la esfera pongamos el Lamen sagrado, y entre el Lamen y la esfera pongamos la fotografía de la persona que deseamos que vuelva. Vamos a encender una vela roja detrás de nosotros. Vamos a arrodillarnos para encontrarnos así muy cerca de la esfera de cristal: vamos a tratar de fijarnos, al mismo tiempo, en el centro de la esfera y en el centro de la fotografía. Concentrémonos durante unos minutos; luego vamos a apartar la mirada de la esfera, vamos a levantar la cabeza y a mirar hacia arriba, hacia el techo de la habitación: luego tendrá que materializarse la imagen de nuestra esfera en forma de globo oscuro de contornos relucientes. Nuestra concentración será máxima, y ahora podremos volver a mirar la esfera, porque ya hemos creado una particular atmósfera psíquica de intenso deseo.
Vamos a pronunciar luego, con toda la fuerza de nuestros sentimientos, las siguientes expresiones:

Ya no te dejaré vivir
en deseada y serena tranquilidad
si a casa no vas a volver.
Tu mente está en mis manos.
Tu corazón está en mis manos.
Te ordeno y mando que retornes.
Ni tranquilo ni feliz,
un solo instante serás
lejos de mí,
de tu casa,
de mi amor.

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